Cuando me desperté, aquel chico de ojos brillantes no estaba a mi lado…
Me levante de un solo salto, me sentía poderosa, mas viva, pero con dolor en la garganta. Entré al dormitorio, miré el calendario del reloj despertador, era 29 de junio, 4 de la mañana, había estado dormida toda la noche. El sol todavía no salía.
No sabía que me sucedía, aunque por algún motivo sentí que encontraría la respuesta en el bar dónde iba con mis hermanos.
Antes de salir tomé una mochila empaque un poco de ropa y algunos libros y me guardé dinero que tenía ahorrado. Me faltaba algo, una nota, arranqué una hoja de un cuaderno, escribí algo como “no me busquen” y no recuerdo que más.
Caminé hasta el lugar, no estaba lejos, sin embargo tenía unas cuadras por andar. En el camino pensaba acerca del chico del balcón, Dixon, era su nombre. No sabía si lo encontraría allí, pero no perdía nada en intentarlo. Sumergida en mis pensamientos llegué antes de lo pensado.
Entré, pedí una gaseosa y me acomodé en una mesa del rincón. Pasaron dos horas, seguía quieta . No sabia si él estaría aquí o no. Dos razones me trajeron a este lugar, el 1º Dixon, y el 2º no sabía a donde ir.
De pronto de una puerta del fondo salió un grupo de gente. Le reconocí, no me había equivocado. Pero él no me vio sino hasta que llegó a la puerta de salida, o eso creo yo, desde allí dio media vuelta en mi dirección y me sonrió, luego se fue.
No obstante me quedé allí por si regresaba, pero no volvió.
Pasé todo el día en el bar, el camarero se estaba impacientando porque estuve allí desde las 6 AM., y solo había bebido unas coca-cola’s y un par de cafés. Abrí la mochila para ver que libros había traído había, algunos que no había leído, otros que sí, y algunos que estaban por la mitad.
El camarero se acercó y me pregunto si tenía algún lugar a dónde ir, le dije que no. Me dio la dirección de un hotel, al parecer ya le había molestado mi presencia. Le agradecí y me fui.
El hotel parecía normal, pero no lo era, lo presentí, y si mi intuición comenzaba a agudizase, No me equivocaría. Por la noche no pude dormir, la garganta aún me ardía, aunque trataba de no darle importancia, y calmar el dolor con bebida, sin embargo no daba resultado.
Mientras caminaba, vi una sombra en un callejón, me acerqué lentamente y le ataqué, su cuerpo se hacías mas pesado a medida que le succionaba la sangre, con cada trago me ardía aún más la garganta, de pronto algo me tomo por la espalda y me empujó lejos del cuerpo.
- Primera Regla: siempre fíjate que tu víctima no tenga dueño.- No pude ver quien era, pero reconocí la voz, era él, era Dixon.- Por esta vez lo pasaré por alto, pero que no se repita… ah, y uno por noche, no más!- Y desapareció.
Volví asustada al hotel, o al menos eso hubiera sentido como humana, no sabia porque estaba así. Pero tenía que averiguar que tenía que ver Dixon con todo esto, y que es en lo que me había convertido.
como dice el ccontador de victimas(? soi el numero 220, me encanto la historia pero me dejas con muchas intrigas nena, igual te qiero & vas re biem cn el blog, sigue asi q vas a terminar escribiendo un libro :O suerteee !
ResponderEliminarcn amor viqee